De las quintas y callejones nació una calle cosmopolita
Hoy es una de las calles más centrales y concurridas de Oporto, pero nació en un lugar anteriormente ocupado por terrenos agrícolas, callejones e incluso cocheras.
El propio nombre de la calle tiene una historia curiosa: Bernardo Sá Nogueira de Figueiredo era mariscal fiel a las tropas liberales. Durante el Cerco de Oporto, en la guerra trabada entre Liberales y Absolutistas, el brazo donde transportaba la bandera liberal le fue amputado por el enemigo. Pasaría a ser conocido como Sá da Bandeira (Sá de la Bandera). Más tarde asumiría cargos políticos de relieve, llegando incluso a ministro. Sería también distinguido con los títulos de barón, vizconde y marqués.
La calle Sá da Bandeira sólo surgió en el siglo XIX: hasta entonces, esta era todavía una zona con quintas y terrenos de cultivo, muchos de ellos pertenecientes a D. Antónia Adelaide Ferreira (A Ferreirinha), uno de los nombres más importantes en la historia del vino de Oporto. La zona tenía también pequeñas callejuelas, que fueron casi totalmente demolidas.
La calle comenzó a construirse en 1836, pero las primeras casas sólo surgieron siete años después. En 1875 fue prolongada hasta la calle Formosa y la continuación hasta la calle de Fernandes Tomás (1904) obligó a la demolición de las caballerizas donde estaban los caballos que en ese momento arrastraban los transportes públicos de la época. Más tarde, la calle vendría a ser prolongada hasta el Sur y posteriormente hacia el Norte, hasta ganar la forma actual.
Puntos de interés
Teatro Sá da Bandera
Abrió en 1870, pero antes ya habían existido en el mismo local estructuras más rudimentarias destinadas a espectáculos. Por allí pasó, en 1895, Sarah Bernhardt y fue también en este local donde se exhibieron las primeras películas hechas en Portugal. Fue el primer teatro de Oporto a utilizar iluminación eléctrica.
Mercado del Bolhão
El mercado más tradicional de la ciudad fue construido sobre una burbuja (bolha en portugués) de agua (de ahí su nombre). Datado de 1850, es un bello ejemplo de la arquitectura neoclásica, pero es su interior, donde el alma Porto está más presente. Los productos frescos, la simpatía de los vendedores y la frescura de los productos tradicionales portugueses merecen una visita.
Palacio del Comercio
Edificio de vivienda, comercio y oficinas, que sorprende por su imponencia. Vale la pena mirar las esculturas de caballos que están en la parte superior, así como toda su arquitectura. Fue construido en los años 40 por la pareja de arquitectos David Moreira da Silva y Maria José Marques da Silva, hija de José Marques da Silva, uno de los arquitectos más importantes de la ciudad.
Antiguo café A Brasileña
Actualmente está en obras para convertirse en un hotel, pero este es un edificio con historia. En 1903, Adriano Teles, que había sido emigrante en Brasil, abrió este café para dar a conocer su propia marca de café. Durante las décadas de 50 y 60 era local habitual de tertulias.
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