Un paseo por las calles de Oporto, incluso para quien conoce la ciudad, revela siempre detalles sorprendentes. Mirar con más atención a las puertas de los edificios más antiguos puede dar a conocer un arte casi olvidado: las aldabas de las puertas.
Antes de la invención de las campanas, las visitas se hacían anunciar golpeando las puertas. Para que el sonido fuera audible y que los visitantes no hirieran las manos, fue necesario crear un accesorio colocado en la propia puerta. Las aldabas son a menudo auténticas obras de arte, representando manos, flores e incluso animales. Utilizando materiales como bronce, hierro o latón, las aldabas fueron bastante populares durante el siglo XIX y principios del siglo XX.
Las campanas y las puertas de aluminio han hecho este objeto casi innecesario, pero todavía hay muchas casas que no abdican de tener aldabas, aunque ya no sean usadas.
El autor de la página Porto a Penantes recorrió varios puntos de la ciudad y fotografió algunos de los ejemplares más originales: desde la Foz hasta la Baixa, pasando por la zona histórica, son muchas las aldabas que adornan las puertas de la ciudad.
Cuando usted pasee por Oporto, vale la pena perder algún tiempo descubriendo estos pequeños detalles.
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