Rua (calle) de las Flores
El encanto histórico de una calle que está de moda.
Recientemente renovada, esta es una de las calles más trendy de la ciudad. Restaurantes, tiendas tradicionales y edificios históricos hacen que la Rua de las Flores sea un lugar imperdible para quien quiere conocer el verdadero espíritu de la ciudad.
La Rua de las Flores surgió en 1521, por iniciativa de D. Manuel y en esa época, quizás por tener muchos huertos, se llamó Calle de Santa Catarina de las Flores. El objetivo era conectar el Largo de S. Domingos y la Puerta de Carros, una puerta de la muralla fernandina, localizada en la cumbre de la actual Plaza de Almeida Garrett.
En los años siguientes, se instalaron allí algunos aristócratas de la ciudad. Las viviendas, señaladas con blasones y decoradas con bonitos balcones, todavía existen y constituyen bellos ejemplares de la arquitectura civil de los siglos XVII, XVIII y XIX. Imperdible es también la Iglesia de la Misericordia, de la autoría de Nicolás Nasoni y que posee una de las más emblemáticas fachadas barrocas de Oporto.
Esta calle es peatonal y, por ello, hay que pasearla lentamente y fijarse en pequeños detalles, como las cajas de electricidad pintadas con expresiones típicamente portuenses o en las fachadas y escaparates de las tiendas tradicionales. Además del comercio, tiene también cafeterías y restaurantes ideales para una pequeña pausa.
Curiosidades:
Muchos de los terrenos donde se abrió la Rua delas Flores pertenecían a la Iglesia y en las casas más antiguas todavía es posible ver símbolos de los forales que atribuían la propiedad al obispo y al cabildo: la rueda de navajas del martirio de Santa Catarina (en las que eran propiedad del obispo) o la figura del arcángel S. Miguel (símbolo de la pertenencia al Cabildo).
Esta calle quedó también famosa por un crimen ocurrido en el siglo XIX: el médico Urbino de Freitas fue acusado de matar un sobrino con almendras envenenadas para heredar la fortuna del suegro. Los regalos envenenados fueron entregados en la Rua de las Flores y se destinaban también a dos otras sobrinas que allí vivían, pero que sobrevivieron.