Historia

São Gonçalo de Amarante
16 diciembre, 2019 / , ,

La Iglesia, el Convento y el Puente de São Gonçalo, son los “ex libris” de la ciudad de Amarante, inseparables de la figura que les da el nombre. La gran cantidad de leyendas y creencias que gravitan en torno a este lugar desdibujan la realidad en una encrucijada de tanta nubosidad que nos lleva a la imposibilidad de discernir con precisión dónde terminan y dónde comienza el otro. “Gonçalo era un santo, y un santo admirable, en la temprana edad de un niño; santo y admirable en el segundo de la juventud; santo y admirable en el tercio de los hombres; santo y admirable en el cuarto de antaño; y finalmente santo y admirable, el jueves después de la muerte ”(extracto de un sermón del padre António Vieira en Brasil).

São Gonçalo de Amarante nació alrededor de 1190, en la parroquia de S. Salvador de Tagilde, en el municipio de Vizela, en una familia noble (los Pereiras). Bajo la protección del arzobispo de la Arquidiócesis de Braga, Gonçalo asistió a disciplinas eclesiásticas en la Escuela de la Catedral de la Sede Arzobispal, convirtiéndose en sacerdote ordenado y nombrado párroco de la parroquia de S. Paio (o S. Pelagio) de Riba-Vizela. Primero fue en peregrinación a Roma desde donde fue a Jerusalén, donde tomó 14 años, dejando a los feligreses al cuidado de un sobrino sacerdote. Al regresar a Portugal, es expulsado por lo mismo que a través de un complot habría sido nombrado como párroco. Resignado, deja S. Paio de Riba-Vizela, se une a la vida conventual de la Orden de Predicadores, recientemente fundada por S. Domingos, construyendo una pequeña capilla dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, a orillas del río Tâmega. donde hoy se encuentra la Iglesia y Convento de São Gonçalo en Amarante. El proceso de beatificación se promulgó el 16 de septiembre de 1561. La devoción al santo más popular de los santos portugueses, después de San Antonio de Lisboa, se extendió por Portugal y Brasil. En 1540, Juan III de Portugal y D. Catarina de Austria decidieron construir un nuevo templo y convento dominico en el sitio, bajo la invocación de Gonçalo de Amarante. Las obras comenzaron en 1543, extendiéndose hasta el siglo XVIII, con intervenciones en el siglo XX.

São Gonçalo, en el sec. XIII, comienza la construcción de un cruce entre los dos bancos (es durante este período que surge una inmensidad de leyendas). El puente se derrumbó en el siglo XVIII debido a las inundaciones y luego se recuperó. La famosa defensa del puente de Amarante tuvo lugar en 1809 y fue uno de los momentos más notables de las segundas invasiones francesas. La heroica defensa del puente, como se conoció el episodio, se produjo después de que las tropas francesas ocuparon la Iglesia de São Gonçalo y se les impidió cruzar el Tamega. Han pasado más de 200 años, pero las marcas de bala de cañón y mosquete aún permanecen en la fachada del edificio.

EL ÁGUILA Y EL LEÓN
21 noviembre, 2019 / , ,

Hace unos años subía la Avenida de Boavista acompañada por mis dos sobrinos mayores:

-Niños, ¿quién sabe que representa el águila que hay allí arriba?

-¡Son el Águila y el León de la Rotonda de Boavista!

¡Sonreí al pensar cuan cierta – y también cuan errada- era la respuesta!

El Monumento a los Héroes de la Guerra Peninsular fue proyectado por el arquitecto Marques da Silva y por el escultor Alves de Sousa. Su construcción, responsabilidad de la Cooperativa dos Pedreiros, se inició en 1909 pero no se inauguró hasta 1952, posteriormente al prematuro fallecimiento de Alves de Sousa,  por lo que su finalización quedó a cargo de los escultores Henrique Moreira y José Sousa Caldas.

El monumento está dedicado a honrar a los héroes de la Guerra Peninsular, librada en el marco de las invasiones francesas, que se enfrentaron a Portugal, contando entonces con los ingleses como aliados, los ejércitos franceses de Napoleón Bonaparte, en el periodo de 1808 a 1814.

Esta parte no la sabían mis sobrinos, pero como su tierna edad no aconsejaba hablar de “guerras, acabé por explicarles que había un francés un poco malo que quería que en Portugal solo se comiese queso. Por esto pedimos ayuda a nuestros amigos ingleses … ¡y enviamos a los franceses al diablo con su queso! En ese momento no se me ocurrió mayor disparate, pero ellos recibieron la idea base correcta. Espero…

Compuesto por un pedestal de 45 metros de altura y rodeado de grupos escultóricos que representan escenas de artillería, en el monumento destaca la figura de una mujer, ¡la Victoria!, al frente del pueblo, empuñando en su mano izquierda la bandera nacional y en la derecha una espada. En la parte superior, una columna coronada por un león (símbolo de la bandera de Inglaterra) sobre un águila (símbolo del imperio de Napoleón), elementos que le dieron el nombre popular por el que se lo conoce.

 

Apolo Terrasse – El cine desaparecido
7 noviembre, 2019 / , , ,

Pocos se acuerdan de este cine, construido a principios del siglo XX y demolido a finales de los 40 para dejar paso a la actual calle de Ceuta.
Apolo Terrasse nació en un momento en el que el cine ganaba popularidad. Inicialmente, las películas se proyectaban en barracones en las grandes tiendas de la ciudad, pero, a medida que el interés del público aumentaba y que la producción cinematográfica se diversificaba, empezaron a construirse espacios específicos para la exhibición de películas.

De muchos de estos lugares de diversión queda poco más que recuerdos. Uno de ellos era el Apolo Terrasse, que fue edificado en el 1912. Estaba
ubicado en el lugar por donde actualmente pasa la calle Ceuta, y el acceso principal era por la calle José Falcão, pero tendría dos entradas más: una por la planta baja de una casa de la calle de Santa Teresa y otro por medio de los jardines que descendían hasta la calle de Picaria. A pesar de la localización discreta y de la simplicidad decorativa, el edificio destacaba por la majestad de una gran escultura de hierro que servía de vestíbulo.

El Apolo Terrasse fue construido de manera que pudiera ser utilizado también para otro tipo de espectáculos y eventos deportivos. Por otro lado, el
edificio, compuesto por dos pisos unidos por dos escaleras y porches laterales, revelaba también una gran preocupación en la prevención de incendios. La iluminación, hecha con lámparas en forma de globo, añadía un elemento de modernidad a este espacio.

Fuente: O Tripeiro, 7ª Série, Ano XXXV, Número 1,
janeiro e fevereiro de 2016.

Busto de Homenaje a Guilherme Gomes Fernandes
13 agosto, 2019 / , ,

Por el autor Bento Cândido da Silva, el busto del Comandante de los Bomberos de Porto, Guilherme Gomes Fernandes, fue inaugurado en 1915 en la plaza que desde entonces ha adornado el nombre de este ilustre personaje.

Guilherme Gomes Fernandes nació en Bahía el 6 de febrero de 1850. A la edad de tres años se fue a vivir a Porto y a los trece se fue a Inglaterra con la intención de ir a la escuela secundaria.

A la edad de 19 años, Gomes Fernandes se estableció en Porto. Años más tarde, ayudó a fundar la Associação Humanitária dos Bombeiros Voluntários (1874-75) y el Corpo de Salvação Pública. Fue nombrado Comandante del Corpo de Bombeiros en 1877 e Inspector de Incendios de Porto en 1885. Luego se transfirió a la Companhia de Incêndios, asumiendo la posición de comandante. También desarrolló actividades comerciales en el área del periodismo, después de haber creado y dirigido el periódico “O Bombeiro Voluntário”, publicado entre 1877 y 1890.

Guilherme Gomes Fernandes también fue notable entre otras acciones en la lucha contra el trágico incendio del Teatro Baquet en 1888.

Su contribución al progreso de los bomberos en Porto y el país le valió el título de “Maestro”, así como prestigiosas condecoraciones nacionales e internacionales.

Guilherme Gomes Fernandes murió en Lisboa, Hospital de San José, el 31 de octubre de 1902.

Molinillos de viento en la ciudad de Oporto
12 agosto, 2019 / ,

El origen de los molinillos de viento no está claramente indicado en la historia, pero algunos historiadores creen que el primero nació en Persia durante el año 915 a. C. Otros creen que en Irak, Egipto o China hay indicios del uso de molinos de viento aún más remotos. Sin embargo, no fue hasta el siglo XII que los molinos de viento se introdujeron en Europa.

Este pequeño dispositivo ha facilitado muchos procesos agrícolas como la molienda de granos, bombeo de agua, drenaje de tierras, entre muchos otros.

Ya sea que se utilicen como meras decoraciones o para cumplir su función designada, ¡los molinetes se extienden sobre la parte superior de muchos edificios en la ciudad de Porto!

Escaleras de las Sereias
29 junio, 2019 / ,

Entre el Largo da Alfândega y la Rua da Bandeirinha, se encuentra un camino que revela los secretos del casco antiguo de la ciudad de Oporto.

Las Escaleras de las Sereias en el popular barrio de Miragaia, tomaron el nombre del vecino Palacio de las Sirenas. El palacio de mediados del siglo XVIII fue residencia ciudadana de la familia Cunha Osório Portocarrero y debe su nombre a las avanzadas esculturas que adornan su fachada.

Del bullicio del tránsito en el Puente de la Arrábida a la tranquilidad del río Duero, la cima de la escalera nos permite sentir la ciudad y sus sonidos.

Iglesia de S. João Novo
22 mayo, 2019 / , ,

Construida en una pendiente que baja hasta el Duero, en un lugar llamado “boa Vista”, encontramos uno de los edificios religiosos más significativos del centro histórico de Oporto. La Iglesia de S. João Novo fue construida en el siglo XVI y presenta grandes semejanzas artísticas y arquitectónicas con la Iglesia de S. Lourenço.

 El edificio, con planta de cruz latina, fue construido un poco más arriba de la antigua ermita de S.  João Belmonte. La construcción aún aprovechó la muralla, en la que ancló la construcción de la iglesia y el respectivo monasterio. En el exterior es posible observar partes de la muralla y acompañar su recorrido. Ya en el interior de la iglesia encontramos varios altares de talla del periodo barroco (siglo XVII) y azulejos de la misma época.

En el altar mayor, enriquecido con un retablo, datado del periodo entre 1757 y 1766, podemos encontrar un lienzo reservado a la Visión de San Agustín. La obra está atribuida a João Glama Stroberle, pintor de origen alemán, que nació en Lisboa en el año 1708. En el mismo altar mayor también es posible observar un mausoleo que capta la atención del visitante por su magnífica decoración. Se desconoce quien fue el autor de la obra.

El coro alto de la iglesia está compuesto por una sillería de una sola fila y en el lado del evangelio se encuentra un órgano de tubos. Destacan los azulejos alusivos a la vida de Santa Rita de Cássia, cuyo autor fue Bartolomeu Antunes y, localizada en el altar lateral de Santa Rita la imagen de Santo Ovidio y la de Nuestra Señora de la Guía, de Manuel Mirada, situada en el altar colateral. También es de gran interés el altar del Señor de los Pasos, situado en el lado derecho; la imagen de la invocación de Jesucristo es de grandes dimensiones y presenta trazos profundamente realistas. Desde esta iglesia salía la procesión del Señor de los Pasos, muy probablemente sería la imagen que se encuentra en este altar la que saldría en procesión.

Enfrente de la iglesia se encuentra el Palacio de S. João Novo, construido a finales del siglo XVIII, de estilo barroco y que muchos atribuyen a Nicolau Nasoni. Aunque está cerrado hace más de una década el Palacio sirvió de hospital durante el asedio de Oporto, en las Guerras Liberales y, más tarde, fue sede del Museo de Etnografía.

Además de las semejanzas con la iglesia del antiguo Colegio Jesuítico de San Lorenzo, la iglesia de S. João Novo revela también la influencia de la iglesia dos Grillos, por la composición de la fachada y por la planificación interior.

El edificio está adaptado para personas con limitaciones físicas y  aunque esté cerrado los domingos, es posible visitar la iglesia de S. João Novo desde el lunes hasta el sábado gratuitamente.

Este año, la iglesia de S. João Novo es uno de los espacios de la ciudad de Oporto que integra la programación del In Spiritum – el festival propone descubrir el patrimonio histórico a través de la música-.

Nuestra ciudad de Porto
29 marzo, 2019 / , , ,

En nuestra ciudad de Oporto, la ciudad con más historia, desentrañar sus orígenes y entender su red urbana resulta, como es natural, una extensa e interminable tarea. El siglo XX nos daría uno de los más representativos y consistentes cronistas e investigadores de la historia de la ciudad.

El 4 de Marzo de 1894 nacía Artur de Magalhães Basto, en el número 556 de la entonces llamada Rua Duquesa de Bragança, en una distinguida y notable vivienda hecha construir por su padre António José de Magalhães Basto, hacia el 1875, al entonces arquitecto y profesor de la Academia Portuense de Bellas Artes José Geraldo da Silva Sardinha.

Su formación en Derecho en la Universidad de Lisboa de poco le serviría en el futuro, ya que desde muy joven su carrera se inclinó hacia la  investigación y paleografía, en especial su carrera de docente, formando parte de la primera facultad de Letras de la ciudad, donde ejerció dando clases entre 1922 y 1931. En el Ayuntamiento de Oporto del que formó parte hasta su muerte, el 3 de Junio de 1960, dirigió desde 1934, los Servicios de Paleografía y Manuscritos de la biblioteca; desde 1938 ejerce como Director del Gabinete de Historia de la Ciudad y asumirá el cargo de Director de los servicios culturales, también hasta 1960. Además, fue Director del Archivo Distrital de Oporto, desde 1939, y trabajó como jefe del Registro de la Santa Casa da Misericórdia do Porto”, desde 1933.

Sin embargo, es como cronista de la ciudad como destacó Magalhães Basto: de su mano surgirán los más diversos temas de historia y arte siempre ligados a la ciudad de lo que daremos apenas algunos ejemplos: Los indispensables “Falam Velhos Manuscritos”, 1445 artículos semanales del diario portuense “O 1º de Janeiro” entre 1930 y 1960; y sus excelentes artículos en la revista de historia de la ciudad “O Tripeiro”, de la que fuera director entre 1945 y 1960. Algunas de sus 160 obras publicadas son transcripciones de conferencias, una de sus especialidades, mención especial de referencia  por la facilidad y el estilo con que llegaba a todo el mundo, sin discriminación, de una forma muy simple y directa, su narrativa histórica y sus estudios sobre Nuestra Ciudad de Oporto. De hecho, estas conferencias venían a ser como una forma de romper el silencio, la soledad de los archivos polvorientos, su natural rutina, como se refería en el texto de Febrero de 1960: “¡Como debe ser de aburrido pasar una vida, aunque  sea un año, un día, o tan solo una única hora, encerrado solo en un archivo, dedicado a pasar hojas, a leer, a descifrar papeles viejos, arrugados, amarillentos por el tiempo, raídos por las ratas, apolillados y oliendo a moho!”.

Nuestro querido e ilustre investigador moría en su última residencia, en Oporto, en el nº 500 de la calle de Gondarém.  Nos arriesgaremos a dejar como colofón una noble nota dejada por el profesor Luís Duarte en el catálogo de la exposición que le fuera dedicada al maestro en 2005 en la Galería do Palácio: “Percibimos que en la historia de nuestra tierra, hubo un antes y un después de la enseñanza y del trabajo de Artur de Magalhães Basto“.