Reinó aquí, más de 30 años, el arquitecto-pintor Nicolau Nasoni como una especie de rey de las artes, efectivamente sin rivales.
Llegó en 1725, con 34 años (nació en Toscana en 1691), venido de La Valeta, en la Isla de Malta, donde trabajó durante algunos años para el gran maestre portugués D. António Manuel de Vilhena.
Su gran obra en Malta, fue la pintura de los pasillos del palacio de los grandes maestres en La Valeta, en los cuales reveló el estilo que iría a traducir después para el granito de Oporto, en obras como la Catedral, los Clérigos y la Iglesia de la Misericordia. Roque de Távora, hermano del deán del cabildo de Oporto, habrá recomendado a Nasoni, por su espectacular capacidad de trabajo.
Nasoni le dio a Oporto una grandeza urbana, que nace de la posesión de palacios y templos, conventos y casas nobles en gran escala, identificados con un genio artístico de primera calidad. En el caso del gran artista portuense, esta distinción no se limita al campo de arquitectura. Se manifestó también en la pintura, escultura, en la piedra así como en la talla, en la joyería, en el hierro forjado, para citar apenas algunos aspectos del genio del hombre extraordinario que ennobleció plásticamente la ciudad de Oporto.
Artículo retirado de la revista “O Tripeiro”, nº7, Julio 1996, VI Serie, Año VI
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