Hasta finales del siglo XIX, los carruajes de tracción animal eran el transporte más común. El primer eléctrico surgió en Alemania, en 1879. En septiembre de 1895, sería el turno de Oporto.
Oporto se desarrolló bastante durante el siglo XIX y en la última década de ese siglo se hacía cada vez más necesario encontrar un medio de transporte económico que permitiría de forma más rápida una ciudad en expansión. Se llegó a considerar la hipótesis de utilizar ascensores en las calles con mayor pendiente, pero la opción acabaría por recaer en el tranvía eléctrico. Oporto sería, así, la primera ciudad de la Península Ibérica a recibirlo.
La primera línea fue inaugurada en 1895, conectando el Carmo a la Arrábida, llegando más tarde a Foz y Matosinhos. La llegada de los autobuses y el crecimiento del número de automóviles dictaron una disminución en el número de líneas y pasajeros.
Actualmente hay tres líneas en funcionamiento:
Línea 1- hace la conexión entre el centro histórico y el Jardín del Paseo Alegre, a lo largo de las márgenes del río Duero;
Línea 18 – conecta Massarelos al Carmo;
Línea 22 – recorrido circular entre el Carmo y la Batalha/Guindais.
Comments are closed here.