Nacido en el 1960 en esta ciudad y en la que ejerce su vida profesional, excluyendo el periodo en que fue jefe del gabinete del ministro Valente de Oliveira, en Lisboa. Es a partir de este momento que, desde noviembre de 2011, lidera el prestigioso IVDP, Instituto dos Vinhos do Douro e do Porto, que tiene por misión supervisar, controlar y certificar la calidad y la cantidad de los vinos de Oporto y del Duero, así como promocionarlos y defender las respectivas denominaciones de origen.
Licenciado en derecho y doctorado en economía europea por la Universidad Católica Portuguesa, desempeñó funciones como director adjunto en el desaparecido periódico O Primeiro de Janeiro y fue asesor de la Fundación de Serralves.
Pero antes de llegar al IVDP estuvo 8 años como Director Municipal de la Presidencia del Ayuntamiento de Oporto y muchos años en la Comisión de Coordinación de la Región del Norte.
Volviendo al vino, su conexión es profundamente familiar y también institucional ya que fue 4 años Secretario general de la Asamblea de la Regiones Europeas Vitícolas y representó al Ayuntamiento de Oporto en el Great Wine Capitals. Esta conexión queda clara también a través de los libros, gusto enraizado y debidamente cultivado; entre otros, publicó Aspects de la politique Vitivinicole des Régions d’Europe (3 vols., 2000 y 2001), Territórios do Vinho – Territories of Wine (1ª ed. EV, 2009; 2ª ed. Modo de Ler, 2010) y Outros Territórios do Vinho – Other territories of Wine (ed. Modo de Ler, 2012) y, como no, de su frecuente participación regular en periódicos y revistas con el vino como centro de atención, pero con especial foco en los vinos que la región del Duero nos proporciona.
Dado que considera el vino un elemento cultural, no prescinde de hacer constantemente esta conexión: presentó este mes de Julio el libro “Os Poemas da Minha Vida”, el 23º volumen de una compilación comentada de poemas, inserido en una colección iniciada por Mario Soares y que incluye autores como Marcelo Rebelo de Sousa, Vasco Graça Moura o Eduardo Lourenço.
Son de él las sugerencias sobre la ciudad donde vive y que conoce bien. Y que buena información nos da.
–Restaurante: me gusta mucho ir a Ernesto, en la Rua da Picaria. Concilia muy bien un ambiente antiguo con el cosmopolitismo de su clientela. Y las paredes llenas de memorias con el buen gusto acogedor de mi amigo Reinaldo, además de una cocina honesta e intachable.
–Bar: La Capela Incomum, en Carregal. El lugar, los amigos y la memoria antiquísima de la frecuencia (sin ningún éxito) del antiguo Conservatorio…
–Paseo. Oporto ¿no es, por su propia naturaleza, una ciudad romántica? Vamos a recorrer los Caminos do Romântico (Senderos Románticos).
–Lugar ideal para beber vino de Oporto: El Vino de Oporto, por sí mismo, a la temperatura y en la copa adecuada, transforma cualquier lugar. Sugiero, naturalmente, el ambiente de las Cavas del Vino de Oporto, en Vila Nova de Gaia.
–Secreto de la ciudad que puedes revelar: el corazón de D. Pedro, en la Iglesia de Lapa, cuyas llaves son compartidas por el Defensor de la respectiva Hermandad y por el Alcalde de Oporto –solo accesible para unos pocos y en rarísimas ocasiones-.
Y siendo un poco lúgubre: ¿por qué no deambular por los cementerios de Oporto, como las catacumbas de S. Francisco, o “convivir” con Camilo Castelo Branco o Arnaldo Gama en el cementerio de Lapa? Y una vez allí, pida para ver la pistola con la que Camilo se suicidó, en 1890, en S. Miguel de Seide.
Un último consejo: no deje de visitar de las menos conocidas y más notables Casas de Oporto, el antiguo Banco comercial de Oporto, actual Instituto de los Vinos del Duero y de Oporto, en la calle Ferreira Borges, que se puede realizar con una copa de Vino de Oporto en la mano.